Hasta ahora entendíamos que la alimentación de nuestros perros era necesaria para construir y mantener su organismo, así como suministrarle la energía necesaria para realizar sus funciones. Ahora este concepto se amplió hacia una dimensión preventiva. La alimentación impacta directamente en la salud presente y futura de nuestro perro.
Entonces la nutrición canina tiene tres ejes:
- Construir y mantener: esto es función de las proteínas, los oligoelementos, los minerales y las vitaminas.
- Proporcionar energía: función de los hidratos de carbono y los lípidos.
- Prevenir: gracias al conocimiento de la acción de ciertos nutrientes que se incluyen en las dietas, que intervienen por ejemplo mejorando la salud intestinal, luchando contra las enfermedades osteoarticulares o renales o contra el envejecimiento entre otros.
El objetivo de la dieta para un perro adulto es cubrir todas sus necesidades, sin carencias, ni excesos, para asegurarle un buen estado fisco y vitalidad durante toda su vida. Debe tener en cuenta las diferentes necesidades de acuerdo a la talla del perro. Los aportes proteicos en calidad y cantidad son necesarios para construir y mantener los huesos, músculos, estructuras nerviosas entre otras. Es indispensable que la calidad de las mismas sea óptima para asegurarse de que el aporte de aminoácidos esenciales esté equilibrado. La grasa del alimento no es solo una fuente de energía sino también de palatabilidad. Es por lo tanto muy importante evitar el exceso de consumo que puede ocasionar problemas para mantener el peso ideal y también considerar el tipo de grasas utilizadas para asegurarse el aporte de ácidos grasos esenciales. Los hidratos de carbono digestibles (almidón) son necesarios como fuente de energía, pero garantizándose que estén perfectamente cocidos para evitar problemas digestivos. Los carbohidratos indigestibles (fibra) son necesarios para equilibrar el tránsito y la flora bacteriana intestinal del perro. Se debe evitar variar la alimentación del perro para no perturbar su flora intestinal, más frágil que la del hombre. Los minerales y vitaminas en cantidades optimas y equilibradas aseguran que estén disponibles para todas las variadas funciones que cumplen en el organismo.
Los cachorros tienen requerimientos nutricionales diferentes a los adultos. Cualquiera sea su raza o tamaño adulto, un cachorro tiene necesidades de proteínas, minerales, energía y vitaminas mucho más importantes que un adulto. También digieren con dificultad el almidón por lo tanto las características de un alimento para cachorro son: densidad energética elevada, gran concentración de todos los nutrientes esenciales y limitación de la concentración de almidón. En cambio, el tamaño de la raza implica adecuaciones particulares. La variabilidad de su tamaño final al llegar a adulto implica diferentes curvas de crecimiento. La amplitud y la duración del crecimiento son proporcionales al peso final del perro. El cachorro de talla pequeña alcanza su peso adulto a los 8 meses aproximadamente en cambio uno de talla grande necesita 18 ó 24 meses. Como los cachorros de razas grandes son propensos a padecer problemas osteoarticulares es fundamental que la densidad energética del alimento para estos cachorros esté controlada para evitar que aumenten de peso demasiado rápido y también es importante el equilibrio mineral (Calcio y Fósforo) así como el aporte de protectores articulares.
Ünik Pet Nutrition ofrece alimentos para perros de diferente talla en función a sus reales necesidades, teniendo en cuenta un manejo alimentario preventivo, respetando al perro como especie.
Julieta Asanovic, MV
Directora de Comunicación Científica
Ünik Pet Nutrition