¿Sienten dolor los animales de compañía?

¿Sienten dolor los animales de compañía?

El dolor se ha definido como una experiencia sensitiva y emocional desagradable asociada a daño en los tejidos. También se le considera una experiencia sensorial aversiva, causada por un daño actual o potencial que desencadena reacciones motoras y vegetativas protectoras, que resultan en una conducta de escape o de evasión del estímulo dañino, pudiendo modificar comportamientos específicos de la especie. El dolor es necesario para preservar la vida y la integridad del organismo y es muy importante para la supervivencia de los individuos.

No existe un método exacto que permita evaluar el grado de dolor en los animales, por lo cual, únicamente puede hacerse una apreciación subjetiva que en muchas ocasiones se infiere por analogía. Tanto la sensación de dolor como los sentimientos que de él pueden derivar son experiencias de naturaleza subjetiva (sólo pueden ser experimentadas por el propio sujeto, por lo que resultan únicas e intransferibles), es muy difícil desarrollar un método objetivo para evaluar cómo son estas experiencias en los demás, y más aún cuando se trata de seres que no pueden expresar en nuestro lenguaje lo que sienten. Además, debido a la amplia variedad de parámetros bioquímicos, fisiológicos y conductuales que deben considerarse por especie y tipo de dolor, la evaluación del bienestar se torna difícil y generalmente se basa en la experiencia del veterinario encargado. Algunos parámetros considerados para realizar una mejor evaluación del dolor son: la valoración de la condición clínica general, incluyendo la condición, postura y temperatura corporal, conducta y respuestas fisiológicas como la ingesta de agua y alimento. Dependiendo de la especie en cuestión y de la gravedad de la lesión, las conductas que se estudian para determinar dolor tienen que ver con el reposo, la alimentación, la bebida, la locomoción, el aseo, la exploración, las interacciones sociales y las conductas de dominación-subordinación en el sistema social. Los signos conductuales de dolor agudo pueden incluir la protección de la zona dolorosa, vocalizando (sobre todo cuando se mueve al animal), lamer, morder, arañar o sacudir la zona afectada. Otros signos pueden incluir agitación, falta de movilidad, posturas anormales, o la falta de interés en su medio ambiente.

Los principales signos de dolor leve en los perros son: cola entre las extremidades posteriores y dorso arqueado, incremento del período de reposo y de inactividad, se alejan de personas y otros animales aislándose, cambio en el comportamiento (amigable a antisocial). Cuando el dolor es más intenso (dolor moderado) pueden presentar: posición de proteger la zona dolorosa, vocalizaciones constantes al contacto con la zona dolorosa (ladridos o gemidos), estereotipias, agresión a la manipulación de la zona dolorosa, inquietud. En el caso de dolor severo pueden presentar: vomito constante, temblores involuntarios, mirada vidriosa y fija, pueden presentar fiebre, taquicardia, dificultad respiratoria o postración.

Los principales signos de dolor leve en los gatos son: cabeza gacha y columna vertebral arqueada, se sientan o tumban de manetas anormales, movimientos muy rígidos, dejan de comer y beber, dejan de acicalarse y de jugar. Cuando el dolor es un poco más intenso (dolor moderado) pueden presentar: defecación fuera del área destinada, aumentan la agresión, se esconden por lapsos prolongados. Si el dolor se torna severo pueden presentar: pupilas dilatadas y taquicardia, estados de inconciencia e inmovilidad y/o rigidez muscular.

Una de las razones por las que el dolor en los animales domésticos no ha recibido la atención pertinente es que muchas de las especies rara vez muestran signos evidentes de dolor, ya que los animales enfermos o heridos son más propensos a la depredación en vida libre, y los signos ocultos del dolor se han convertido en una estrategia de supervivencia en muchas de las especies, principalmente en cachorros. Sin embargo, esto no debe traducirse en lo que la percepción pública ha definido: que las especies domésticas no son sensibles al dolor.

Si el propietario detecta alguna de las situaciones descriptas más arriba es fundamental que acuda al veterinario que podrá asistir al perro o gato de la manera más adecuada, según el caso.

Julieta Asanovic, MV

Directora de Comunicación Científica

Ünik Pet Nutrition

 

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